Con este término nos
referimos a la educación que ha de recibir un perro desde el primer día que
entra a formar parte de nuestra familia, hasta que ha cumplido los 6 – 8 meses.

El cachorro, no tiene experiencia, la debe adquirir, por ello, es más fácil de moldear y orientar sus
instintos e impulsos, en la dirección deseada.
Los errores que cometamos en esta fase, serán más graves y más difíciles de corregir que aquellos que cometamos con un perro adulto.
Pero no por eso debemos saltárnoslos y esperar hasta que nuestro amigo haya cumplido 6 meses para empezar con su educación.
Nada más entrar en casa
debemos dejar claro que nosotros vamos a ser los alfas de la manada y que hay
unas normas a cumplir.
No mimaremos al cachorro,
lo vamos a cuidar y a proporcionarle bien estar, comida, juegos, caricias y un
lugar donde pueda a retirarse a descansar.
Y sobre todo lo
enseñaremos a ser autónomo.
Un cachorro que llega a un
hogar donde le permiten estar todo el día en el regazo de su amo, va convertirá
en un perro adulto dependiente y nos va a dar problemas de diversa índole.
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